Hospital General de Catalunya - 4 de Abril de 2015 - 10.00 AM - Había bajado a la cafetería para desayunar y después sacar el ticket de la TV para que mi padre que estaba ingresado pudiera ver el fútbol del fin de semana. Llamé al ascensor, subimos una enfermera, un médico y yo. El ascensor arrancó y enseguida se paró.
¡Vaya! exclamó el médico.
Ya nos sacarán - contesté yo - el de seguridad vendrá enseguida......
A la media hora aún no había aparecido nadie y empezábamos a ponernos nerviosos.
Al cabo de otra media hora, el ascensor empezó a bajar lentamente hasta alcanzar el nivel de la planta baja, pero la puerta no se abria, aunque eso no fué problema, entre los tres conseguimos abrirla.
Subimos a pié, los tres íbamos a la cuarta planta...
Pero la cuarta planta estaba vacía, nos dimos cuenta enseguida de que algo no iba bien, quizás fue el silencio, o el pasadizo vacío, con sólo un carro medico a un lado, pero dsin ninguna enfermera, ni pacientes en él.
Una a una revisamos todas las habitaciones, no habia nadie, las camas estaban desordenadas, los televisores encendidos, y los efectos de los habitantes estaban en la habitación, pero no había nadie, ni enfermos, ni acompañantes, ni visitantes ni enfermeras, la cuarta planta del Hospital estaba vacía.
Llegamos a la habitación 4828 donde estaba mi padre, vacia también, y luego hasta el final, donde esta la salida de emergencia... NO PASAR rezaba el letrero colgado con un trozo de tela.
Pasamos, desde el exterior, al inicio de la escalera de emergencia se veía la explanada del aparcamiento casi vacia de coches, pero llena, horriblemente llena de cadáveres apilados en una horrenda pirámide humana. Todos los residentes y personal del Hospital menos nosotros estaban allí, hacinados, muertos.
A su alrededor unos seres pequeños y corpulentos terminaban de colocarlos, mientras una nave de enormes dimensiones se posaba encima y empezaba literalmente a aspirarlos de manera que en poco menos de un minuto el aparcamiento quedó sin ningún cadáver de los centenares que había hacia unos minutos.
- ¿Somos comida? se me ocurrió preguntar.
- Algo así, supongo, exclamó el médico con voz apenas audible.
- Y ahora....¿que hacemos? preguntó la enfermera.
Mientras los seres pequeños y corpulentos así como la nave habían desaparecido, aunque sobre el horizonte, encima de Sant Cugat, se observaban un montón de naves iguales a la que había aspirado los cadáveres del Hospital.
- Si nosotros hemos sobrevivido, otros lo pueden haberlo hecho también - comentó el doctor.
Y añadió: Lo mas razonable seria esperar a ver si se van y salir para ver de encontrar algún superviviente, a no ser que ustedes tengan una idea mejor.
La enfermera no contestó, y yo tampoco....
NO TUVIMOS QUE ESPERAR MUCHO, la nave volvió y de ella bajaron los seres pequeños y corpulentos.....
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