Te diré el secreto: todo es violencia. Estas vías del tren, oxidadas, la explícita tristeza de los trenes de cercanías, el temblor de los horizontes en las ventanas, tus sueños, mis sueños, todos los espejos, las horas en el cenicero quemándose entre tú y yo, los silencios que no se abren, la subjetiva distancia entre dos cuerpos desnudos, dos luces, dos pieles resbalando en una lenta lejanía, la memoria del mañana que hemos firmado hoy, esta lluvia fina y persistente, ¡mírala!, que pudrirá la uva y la ternura, la carne, los adioses sin manos. Todo es violencia.
Van quedando pocos postes de madera en la ciudad de Barcelona
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Quizá sería un tema para un poeta, no lo sé.
Los postes de madera en Barcelona ciudad deben quedar contados con el dedo
de una mano y, antes que se nos pi...
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