No es tu final como una copa vana que hay que apurar. Arroja el casco, y muere. Por eso lentamente levantas en tu mano un brillo o su mención, y arden tus dedos, como una nieve súbita. Está y no estuvo, pero estuvo y calla. El frío quema y en tus ojos nace su memoria. Recordar es obsceno, peor: es triste. Olvidar es morir. Con dignidad murió. Su sombra cruza.
"El olvido", de Vicente Aleixandre en Poemas de la consumación, 1968 - del blog Descontexto
Un momento culminante.
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Llego con la lengua afuera a una conferencia. Sudoroso y desaliñado,
jadeante. Me encuentro a mi querido publico, un grupo de encantadoras
monjas de algo...
Casus Belli.
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Mañana hace dos años que los *palestinos de Hamas*,* todos ellos civiles
según el baremo impuesto por las "hasociaciones umanitarias" pues no están
uni...
CLAVADAS COMO DOS AGUJAS
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Foto: Judith Xifré
Las llevaba dentro,
clavadas.
Pero se removían
como dos agujas en las entrañas,
ambas de punta fina, suave
y, a la vez, despunt...
DESERTS ESTIVALS I D'ALTRES FACÈCIES
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En general, i des de fa anys, els estius son una mena de deserts
informatius, fins i tot quan passen coses greus. Faré una excepció, lligada
a la meva ex...
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