El Castillo

Esta novela inacabada de Franz Kafka, debe ser la que más veces ha releído. En el castillo, se explica lo que le pasa durante seis días de invierno a un personaje de nombre K. en un pueblo alemán, al que ha llegado contratado como agrimensor por parte de los propietarios del mismo, que residen en un castillo. La acción de la novela gira en torno a saber, con resultado infructuoso por parte de K, sobre su trabajo y la autoridad que lo ha contratado, que el protagonista se ve obligado a realizar para aclarar su situación.
K. llega al pueblo al atardecer. Busca alojamiento en una posada, pero allí se le importuna con la información que para alojarse en el pueblo necesita una autorización del castillo (en el que se supone que se encuentra la autoridad). K. informa que es un agrimensor que ha sido contratado, dato que se confirma después de una consulta telefónica con el castillo. A la mañana siguiente, K. se dirige hacia el castillo. Sin embargo, el camino es bastante enrevesado como para tener la sensación de que nunca se aproxima a él, cansado, además, de caminar por la nieve, vuelve a la puesta. Conoce allí a sus ayudantes, nombrados por el castillo, ya un mensajero llamado Barnabás que le entrega una carta de parte de una de las autoridades, un tal Klamm, que le comunica que ha sido contratado como agrimensor y que su superior inmediato será el alcalde del pueblo.
Deseando conseguir otro lugar para alojarse, consigue contactar con una hermana de Barnabás, Olga, hasta la Posada Señorial, donde se alojan los señores del castillo cuando tienen que hacer gestiones en el pueblo. Mientras intenta ver a Klamm, que está precisamente alojado allí, conoce a la amante de éste, la camarera Frieda, se acuesta con ella y se comprometen.
Durante el cuarto día, K. recibe del alcalde la noticia de que, en realidad, el pueblo no necesita ningún agrimensor. Al mismo tiempo que indaga cómo ponerse en contacto con Klamm, acepta el puesto de bedel de una escuela, donde se traslada a vivir con Frieda, que ha abandonado su puesto de camarera en la puesta imperial. K. recibe también una carta del castillo en la que se le comunica que las autoridades están satisfechas con su trabajo.
Al quinto día, K. abandona la escuela para intentar otra vez contactar con Klamm. En la casa del mensajero Barnabás, se entera de que su familia lleva aislada socialmente durante años tras el rechazo de una de sus hermanas, Amalia, a mantener en el pasado relaciones con uno de los funcionarios del castillo. Mientras está en casa del mensajero, Frieda se va también de la escuela y vuelve a la Posada Señorial.
Por la noche, K. debe ir precisamente a este lugar porque ha sido citado por el secretario de Klamm, Erlanger. Después de discutir durante la espera con Frieda, al encontrarse con el secretario éste le comunica simplemente que debe dejar que ella vuelva a ser la amante de Klamm. K. se queda a dormir en el hostal.
Durante la tarde del sexto día, K. conversación con la que era la sustituta de Frieda, que le propone irse ahora con ella, con la posadera, que le explica su pasión por la ropa, y con Gerstäcker, un cochero de los funcionarios del castillo, que le ofrece trabajo como cuidador de los caballos.
La novela se interrumpe en este punto, como la vida de Kafka once meses más tarde, sin que K. haya podido aclarar en absoluto su situación profesional y con una completa confusión en cuanto a las normas legales y de comportamiento del pueblo donde está. Y lo que me pregunto es si el final de la novela se interrumpió, o bien Kafka lo dejó así desconcertadamente abierto, para adecuarlo a los nuevos tiempos que sobrevendrían y que fue capaz de intuir con una claridad pavorosa. K aquí y en 'el proceso', es un ciudadano oprimido y desconcertado por un Estado perverso e invisible que le juzga fríamente, sin que acabe de saber el porqué del acoso, ni que de hecho la termine de juzgar, simplemente le ignora y a la vez le incomoda y molesta, quizás porque ninguno de los dos K ​​desconoce que no es gran cosa más que carne de paso, sin derechos pero con deberes hacia un Estado oscuro, cruel e injusto que todo lo controla.

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